El 13 de diciembre de 2024, el Frente Parlamentario para la Agricultura (FPA), también conocido como el bloque del buey , anunció su apoyo a Davi Alcolumbre (União-AP) para la presidencia del Senado Federal de Brasil. En ese momento, el presidente del FPA, el diputado Pedro Lupion (PP-PR), celebró la llegada de dos aliados a las presidencias del Senado, Davi Alcolumbre, y de la Cámara de Diputados, Hugo Mota (Republicanos-PB), declarando: "Ambos son miembros del FPA, participan en nuestras discusiones y creo que podrán acelerar esta agenda". En este contexto, la principal demanda del FPA era, precisamente, el licenciamiento ambiental.
Hace dos semanas, a menos de cuatro meses de asumir la presidencia del Senado Federal, Davi Alcolumbre lideró la aprobación del Proyecto de Ley 2.159/2021, el "Proyecto de Ley de Devastación", que instituye la nueva Ley General de Licencias Ambientales (LGLA). Como antecedente, recordemos que este proyecto de ley se presentó originalmente hace casi dos décadas, pero gracias a la presidencia actual, una mayoría ruralista consolidada en el Senado, la relatoria de la senadora Tereza Cristina (PP-MS), exministra de Agricultura del gobierno de Bolsonaro y una de las principales articuladoras del agronegocio, y la impotencia del gobierno federal en este escenario, el Proyecto de Ley de Devastación fue aprobado por una abrumadora mayoría de 54 votos a favor y 13 en contra.
En un breve resumen, según el Instituto Socioambiental (ISA), el proyecto de ley, que regresó a la Cámara de Diputados, de aprobarse, podría afectar más de 3.000 áreas protegidas, incluyendo tierras indígenas y quilombolas; causar la deforestación de un área equivalente al estado de Paraná; intensificar la deforestación en la Amazonía; poner en peligro los objetivos climáticos asumidos por Brasil en el Acuerdo de París; aumentar el riesgo de desastres socioambientales, como los ocurridos en las ciudades de Brumadinho y Mariana; Debilitar drásticamente la política de licencias ambientales al ampliar la Licencia por Adhesión y Compromiso (LAC). Respecto a este último punto, uno de los más criticados, constituye una forma de "autolicencia por autodeclaración" del propio empresario, mediante la cual se compromete a cumplir con las normas establecidas, sin necesidad de un análisis previo en profundidad.
En Ceará, donde escribo, entre 2018 y 2019 se sancionó una ley que liberó a nuestro estado de los males de la fumigación aérea de pesticidas en todo el territorio cearense. Autora del diputado estatal Renato Roseno (PSOL-CE) y coautora del entonces diputado estatal Elmano de Freitas (PT-CE), la Ley José Maria do Tomé rindió homenaje al agricultor y activista social asesinado en abril de 2010 en Limoeiro do Norte, en el interior de Ceará. ¿El motivo del asesinato? Luchar contra la fumigación aérea de pesticidas en Chapada do Apodi, que contaminaba a la población y las aguas de la región. El estado de Ceará fue el primero en aprobar una ley de esta naturaleza.
Sin embargo, a finales de 2024, el ahora gobernador Elmano de Freitas sancionó otra ley, redactada por el diputado estatal Felipe Mota (União Brasil), que autoriza la fumigación de pesticidas con drones en Ceará. Una ley tramitada con urgencia y aprobada en menos de 15 días destruyó la memoria de José Maria do Tomé, restableció el "derecho" de la agroindustria a contaminar y envenenar a las personas y la naturaleza en nombre de una mayor acumulación de riqueza y demuestra, una vez más, dos cosas: 1) los derechos conquistados por las clases trabajadoras, las clases subalternas, siempre se verán amenazados, especialmente si se atreven a socavar los intereses del capital; 2) el Estado contemporáneo, como creación de la revolución burguesa, sigue siendo, en su mayor parte, un pequeño comité para la administración de los intereses de la burguesía, como dirían Marx y Engels.
Hoy, 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, fecha definida por la ONU en 1972 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el mismo tema y en la que se elaboró y publicó la Declaración de Estocolmo, queríamos celebrar la naturaleza, el bien común, un camino recorrido y compartido en defensa y afirmación de nuestro Hogar Común, nuestra Madre Tierra, como queramos decirlo, pero hay mucho más que lamentar, por lo que luchar y luchar más..
Es importante reafirmar en este día que no hay manera de cuidar verdaderamente nuestro planeta sin romper con el sistema de producción y reproducción de bienes, la explotación y la acumulación infinita. Cualquier idea de resolver los problemas ambientales mediante la incorporación de actitudes individuales, alternativas de desarrollo, economías circulares y similares es profundamente falsa. Acciones paliativas, analgésicas y de gestión del caos. Ninguna de estas ideas, aplaudidas por Estados, grandes medios de comunicación, empresarios y banqueros, entre otros, aborda el problema fundamental: la generación de poblaciones enteras empobrecidas o relegadas a la miseria por un sistema que continúa extrayendo toda la fuerza, todo el tiempo, toda la vida de humanos y no humanos.
La tierra fue la primera frontera explotada y maltratada por el capital y sigue siéndolo, al igual que los cuerpos que la habitan. Los dos casos recientes que comentamos anteriormente lo revelan. Y en toda América Latina, las luchas por la defensa de la naturaleza y los territorios siguen sangrando las venas de nuestro continente. Según la organización internacional Global Witness, en 2020, siete de los diez países con más asesinatos de defensores del medio ambiente y de la tierra eran latinoamericanos.
El Pontão de Cultura Pátria Grande de Integração Latino-americana e Territórios de Fronteira entiende que la lucha por la defensa de la naturaleza, o como diría Enrique Dussel, por la perpetuación de la vida en la Tierra desde una perspectiva del buen vivir, no puede separarse de la lucha contra el capitalismo y todas las demás lógicas y estructuras (in)civilizadas productoras de muerte.
Marcos Antonio Monte Rocha
Pontão de Cultura Pátria Grande de Integração Latino-americana e Territórios de Fronteira
Movimento Cultura Viva Brasil sem Fronteiras
Fábrica de Imagens
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